1950, se clausura el curso en un colegio provinciano de jesuítas. Todos los alumnos celebran con alegría el éxito de sus exámenes, junto al profesor que más admiran, porque ha sabido transmitirles su exaltada vocación religiosa y patriótica.
1950, se clausura el curso en un colegio provinciano de jesuítas. Todos los alumnos celebran con alegría el éxito de sus exámenes, junto al profesor que más admiran, porque ha sabido transmitirles su exaltada vocación religiosa y patriótica.