En una edad complicada y de conflictos emocionales y existenciales, Agustina se muda a un pequeño pueblo junto con su mamá. Allí conoce a Pedro, que también tiene 15 años como ella. Él se enamorará enseguida y hará todo tipo de intentos desesperados por conquistarla. Pero la chica siempre ha tenido en claro que todavía no quiere ponerse de novia.