La expedición lleva unos días surcando el océano. Las doncellas, que nunca han navegado, se pasan el día mareadas e intentan adaptarse a la vida dentro del navío. Doña Mencía choca con la autoridad que impone en el barco Salazar pero, poco a poco, ella se va ganando su respeto y, sobre todo, su atención. Durante la travesía se desencadena una gran tormenta que está a punto de hundir la nave. La destreza de Salazar consigue salvar la embarcación, aunque queda maltrecha y sin timón. Están solos y a la deriva. Llegan a Guinea y, cuando se internan para explorar el territorio, son atacados por las tribus del lugar. Cuando están decidiendo qué hacer, un nuevo peligro los acecha. Ven un barco francés que llega hacia ellos. Son piratas. Mencía propone negociar con ellos y les ofrece las joyas y el dinero que llevan las doncellas a cambio de que los dejen vivos., Las primeras noches a bordo de la Nao San Miguel no son cómo las doncellas esperaban. Los vaivenes de la nave hacen estragos entre las jóvenes, pero Ana reprime su malestar para ayudar a sus compañeras de viaje. Paralelamente, una tormenta planea sobre el barco, y las naves de Ovando y Becerra van más adelantadas y Mencía no quiere perderlas de vista., Las primeras noches a bordo de la Nao San Miguel no son cómo las doncellas esperaban. Los vaivenes de la nave hacen estragos entre las jóvenes, pero Ana reprime su malestar para ayudar a sus compañeras de viaje. Paralelamente, una tormenta planea sobre el barco, y las naves de Ovando y Becerra van más adelantadas y Mencía no quiere perderlas de vista. Sin embargo, Salazar cree que es mejor replegar hasta que el tiempo mejore. Una vez más, el capitán y la joven se enfrentan.